8.6.11

Topografía de un 'no lugar'

Se puede decir que la hipermodernidad es productora de los “no lugares”. De espacios que no son en sí lugares antropológicos y que contrariamente a los modernos, no integran los “lugares de la memoria”. Se deduce que por “no lugares” designamos a aquellos espacios constituidos con ciertos fines (transporte/comercio/distribución) y la relación que los individuos mantienen con ellos es funcional (viajar/comprar/esperar).

SHANGHAI es un “no lugar”.

Los “no lugares” carecen de un acontecimiento dado (que ha tenido lugar), de “mitología” (lugar dicho), de Historia (lugar dado). Los “no lugares” mediatizan un conjunto de relaciones consigo mismo y con los otros que no apuntan más que a sus fines, crean la contractualidad con lo solitario.
Los “no lugares” son transitorios: supermercados/autopistas/depósitos. Son espacios identificados en forma prescriptiva o informativa, que no generan identidad singular ni relación alguna, sino “soledad y similitud”. No hay en ellos espacio para el mito. Carteles luminosos en autopistas que dan la temperatura y la hora, radios que funcionan de manera ininterrumpida en supermercados. Carteles, señales y flechas que indican el camino a seguir.
En los “no lugares” estamos atrapados en el tiempo presente. No hay espacio para la historia. Todo se borra, como en GROENLANDIA, donde la amnesia lo puede todo. Se hace necesario explotar, o mejor dicho implotar, ser el chico bomba de BERLÍN.
Metáfora, al igual que los anteriores, SHANGHAI es un depósito, el atrás, el lugar donde se transan mercancías, identidades, historias. Es un “no lugar” trans, transnacional, transcultural, transexual, transgénero. En tránsito.

SHANGHAI

espacio / "no lugar" / depósito





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